LA CALMA, ESA DONCELLA

¿Adónde fue la Calma, esa doncella

inclinando su roja caperuza?

Vientos que despertaron a los astros

soplan a través de mi sangre.

Oh, ¿cómo pude estar yo tan tranquilo

cuando ella se alzó para marcharse?

Las palabras que el rayo han invocado

hoy se abaten sobre mi corazón.