RECUERDA LA BELLEZA OLVIDADA

Al ceñirte en mis brazos, aprisiono

mi corazón contra el antiguo encanto

que largo hace que abandonara el mundo;

enjoyadas coronas que los reyes

en lagunas sombrías arrojaron

cuando huyeron ejércitos; historias

de amor que en seda hilada recamaran

damas ensoñadoras sobre el paño

que engordó a la polilla destructora;

las rosas con que antaño entretejieron

las damas sus cabellos, y los lirios

húmedos que las damas trasportaran

por profusos pasillos consagrados

con nubes de un incienso tan densísimo

que sólo Dios los ojos no cerró:

pues ese blanco pecho y calma mano

proceden de un país más soñador,

de una edad con más sueños que la nuestra;

y, cuando tú suspiras entre un beso

y otro, oigo que también suspira, pálida,

la Belleza por la hora en la que todo

se ha de desvanecer como el rocío,

mas llama sobre llama, abismos, simas,

con la espada en sus férreas rodillas,

un trono sobre otro soñoliento

medita en sus misterios solitarios.