EL AMANTE HABLA DE LA ROSA QUE HAY EN SU CORAZÓN

Todas las cosas feas y tronchadas, todo cuanto está desgastado y viejo,

el grito de un rapaz junto al sendero, el crujido de un torpe carromato,

el caminar pesado del labriego, embarrado en el mantillo invernal,

afrentan tu imagen que hace que en mi corazón crezca, honda, una rosa.

La afrenta de las cosas contrahechas es tan atroz que resulta indecible;

cómo ansío crearlas nuevamente, y sentarme, apartado, en un verde cerro,

con la tierra y el cielo y el agua, rehechos, lo mismo que un cofre de oro

para mi soñar con tu imagen que hace que en mi corazón crezca, honda, una rosa.