SOÑANDO CON LA MUERTE

Soñé que una había muerto en tierra extraña

lejos de cualquier mano amiga;

y habían clavado los tablones sobre su rostro,

los campesinos de allí,

atónitos de dejarla en aquella soledad,

y elevaron sobre su túmulo

una cruz que habían hecho con dos trozos de madera,

y alrededor plantaron cipreses;

y la abandonaron a las estrellas indiferentes del cielo

hasta que yo grabé estas palabras:

Fue más hermosa que tu primer amor,

pero ahora yace en su ataúd.