Debemos velar porque todos nuestros cuadros y todo nuestro pueblo tengan siempre presente que China es un gran país socialista, pero al mismo tiempo un país económicamente atrasado y pobre, y que esto es una contradicción muy grande. Para convertir nuestro país en país rico y poderoso, se requieren varias decenios de intensos esfuerzos, que suponen, entre otras cosas, la observancia de un riguroso régimen de economías y la lucha contra el despilfarro, o sea, la aplicación de la política de construir nuestro país con laboriosidad y economía.
Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo
(27 de febrero de 1957),
Obras Escogidas, t. V.
Hay que administrar con laboriosidad y economía las fábricas, los establecimientos comerciales, las empresas estatales y cooperativas así como las demás empresas e instituciones. Hay que observar el principio de laboriosidad y economía en todas las actividades. Este principio de economizar es uno de los fundamentales en la economía socialista. China es un país grande, pero todavía muy pobre. Llevará décadas hacer de ella un país próspero. Aún entonces, tendremos que seguir aplicando el principio de laboriosidad y economía. Pero, es en las próximas décadas, en el periodo de los primeros planes quinquenales, cuando debemos promover particularmente la laboriosidad y la economía, dedicar una atención especial al régimen de economías.
Nota de introducción al artículo «Administrar las cooperativa, con laboriosidad y economía»
(Septiembre y diciembre de 1955),
El auge socialista en el campo chino
Obras Escogidas, t. V.
Allí donde estemos, debemos utilizar con la mayor economía nuestros recursos humanos y materiales, y de ningún modo ver sólo el momento presente, ni tolerar la dilapidación y el despilfarro. Donde nos encontremos a partir del primer año de trabajo hemos de pensar en los muchos años venideros, en la guerra prolongada por sostener, en la contraofensiva y en la reconstrucción después de expulsado el enemigo. Debemos, por un lado, guardarnos de la dilapidación y el despilfarro y, por el otro, esforzarnos por desarrollar la producción. En el pasado, algunas regiones pagaron caro el no haber hecho cálculos a largo plazo, el no haber prestado atención a la utilización económica de los recursos humanos y materiales, ni al desarrollo de la producción. He aquí una lección que debe llamar nuestra atención.
Aprendamos a hacer el trabajo económico
(10 de enero de 1945),
Obras Escogidas, t. III.
Con el objeto de acelerar la restauración y el desarrollo de la producción agrícola, así como la producción industrial en los poblados, debemos, en el curso de nuestra lucha para abolir el sistema feudal, esforzarnos al máximo por preservar, hasta donde sea posible, todos los medios de producción y de subsistencia utilizables, tomar medidas enérgicas contra quienes los destruyan o malgasten, combatir los excesos en las comidas y observar una economía estricta.
Discurso pronunciado en una conferencia de cuadros de la región liberada de Shansí-Suiyuán
(1 de abril de 1948),
Obras Escogidas, t. IV.
En lo que concierne a los gastos gubernamentales, debemos atenernos al principio de economía. Es necesario hacer comprender a todo el personal de los organismos gubernamentales que la corrupción y el despilfarro son crímenes gravísimos. La lucha contra la corrupción y el despilfarro ha dado ya algunos resultados, pero todavía se requieren nuevos esfuerzos. Economizar cada moneda para las necesidades de la guerra, para la causa revolucionaria y para nuestra construcción económica: tal es el principio que ha de orientar nuestra contabilidad.
Nuestra política económica
(23 de enero de 1934),
Obras Escogidas, t. I.
Entre muchos de nuestros cuadros crece ahora una tendencia peligrosa: negativa a compartir alegrías y penas con las masas y preocupación por la fama y el provecho personales. Esto es muy malo. En el curso de la campaña por aumentar la producción y practicar economía, debemos simplificar nuestras organizaciones y transferir cuadros a los niveles inferiores a fin de que un número considerable de los cuadros se reincorpora a la producción. Ésta es una manera de vencer esa tendencia peligrosa.
Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo
(27 de febrero de 1957),
Obras Escogidas, t. V.
Las labores productivas realizadas por el ejército con miras a autoabastecerse no sólo han mejorado sus condiciones de vida, aliviado la cargo del pueblo y posibilitado con eso la ampliación del ejército, sino que, además, han dada de inmediato muchos subproductos:
Sobre la producción en el ejército para su autoabastecimiento y la importancia de los dos grandes movimientos por la rectificación del estilo de trabajo y por el desarrollo de la producción
(27 de abril de 1945),
Obras Escogidas, t. III.
Algunos sostienen que si las fuerzas armadas se ocupan de la producción, no podrán combatir ni adiestrarse, y que si los organismos gubernamentales y otros también lo hacen, no podrán realizar su propia labor. Este argumento es falso. En los últimos años, nuestras fuerzas armadas de la región fronteriza, entregándose a actividades productivas en gran escala, se han provisto de suficientes alimentos y vestuario; al mismo tiempo, han realizado, con mejores resultados que antes, su adiestramiento y sus estudios políticos y culturales, y han fortalecido más la unidad, tanto dentro de sus filas como con el pueblo. El año pasado, en las regiones del frente, no obstante llevarse a cabo una campaña por la producción en gran escala, se registraron enormes éxitos en el combate y se inició una campaña extensiva de adiestramiento. Y gracias a la producción, el personal de los organismos gubernamentales y otros ha mejorado sus condiciones de vida y trabajo con mayor dedicación y eficiencia. Esto ocurre tanto en la región fronteriza como en las regiones del frente.
Aprendamos a hacer el trabajo económico
(10 de enero de 1945),
Obras Escogidas, t. III.