Te lo advertí, mi pequeño insaciable

Ejemplar de El País

21 de julio de 2011

Cae Goran Hadzic[21], el último fugitivo de la guerra de los Balcanes La caída de Goran Hadzic, antiguo presidente de los serbios de Croacia, ha marcado un hito en la historia del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). Acusado de crímenes de guerra y contra la humanidad, era el último de los fugitivos buscados por una corte abierta por la ONU hace casi dos décadas.

Su captura resulta, además, decisiva para el futuro europeo de Serbia. Los juicios contra el exgeneral serbobosnio, Ratko Mladic, y el líder político de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic[22], dirigentes de primera fila en las guerras de los Balcanes, ya están en marcha. La captura de Hadzic puede acelerar ahora las negociaciones comunitarias entre Belgrado y Bruselas. Esa ha sido, al menos, la sensación que ha querido dar Boris Tadic[23], presidente serbio, cuando ha anunciado la detención.

«Hemos cumplido con nuestras obligaciones morales y legales», ha dicho en alusión al régimen de candidato a la adhesión a la UE que espera recibir para su país. De momento, la justicia serbia ya ha aprobado la extradición de Hadzic a Holanda, sede del TPIY.

Después de siete años oculto, el arresto de Hadzic ha tenido un punto novelesco. Según Vladimir Vukcevic, fiscal serbio, fue interceptado en un bosque situado en las montañas de Fruska Gora, al norte de Belgrado. El lugar está cerca de su casa familiar, y Hadzic acudió allí para recibir un pago después de intentar vender un cuadro robado. La tela era auténtica y estaba firmada por el pintor italiano Amadeo Modigliani. La justicia serbia cree que pudo haberla conseguido durante la guerra croata. «Hay que preparar este tipo de operaciones. Solo así pueden obtenerse los resultados deseados», ha añadido el presidente Tadic para justificar la tardanza en encontrarle.

Incluso, se ha permitido comparar esta búsqueda con la protagonizada por Estados Unidos, que ha tardado una década en dar con Osama Bin Laden.

La masacre de Vukovar. En las guerras que enfrentaron a las seis repúblicas de la antigua Federación Yugoslava (1991 y 2001), se produjo un genocidio (el de Srebrenica) y un sitio de tinte casi medieval que se prolongó durante cuatro años (en Sarajevo). También reapareció la limpieza étnica de otras contiendas más antiguas, que los dirigentes serbios del momento aplicaron a la creación de un espacio común puro denominado Gran Serbia. De entre los episodios trágicos tal vez menos recordados, destaca la masacre de Vukovar, perpetrada en dicha ciudad croata y cuya responsabilidad se atribuye a Goran Hadzic.

Técnicamente, se trata de un crimen de guerra cometido en noviembre de 1991. En el plazo de tres días, fueron torturados y asesinados unos doscientos civiles —en su mayoría croatas— a manos de paramilitares serbios y miembros del Ejército Popular Yugoslavo. No fue una matanza más. Los muertos eran heridos que estaban ingresados en el hospital de Vukovar.

La autoría directa se atribuyó a las autoridades serbias locales (Veselin Sljivancanin[24] y Mile Mrksic[25] fueron condenados en 2007 por el TPIY a penas de veinte y cinco años de cárcel, respectivamente). No obstante, Hadzic era el líder de los serbios de Croacia y el mismo tribunal le acusa específicamente de este crimen «por estar involucrado en el plan general de expulsión y exterminio de los civiles croatas entre 1991 y 1993». El pliego acusatorio completo suma catorce cargos por persecución, asesinato, deportación y maltrato de la población indefensa. El fiscal Brammertz espera tenerle en Holanda en una semana.