Aunque las obras de arte concretas que se mencionan en el relato son ficticias, muchos de los tristes acontecimientos de esta historia son ciertos. Durante la época anterior a la Segunda Guerra Mundial y durante la misma guerra, los nazis saquearon sistemáticamente los tesoros familiares de media Europa.
Historiadores, activistas y supervivientes siguen trabajando sin descanso para enmendar aquellas terribles injusticias.