Cancion al estilo Kabir[42]

Como leve peso era el mundo en sus manos

y carga insoportable eran para él sus riquezas;

prefirió siempre la mortaja al guddee

y ahora vaga por la tierra como bairagi[43].

El polvo del camino ve que sus pies se posan

en el camino que lleva a Delhi;

en él, cuando el sol quema,

sólo el sal y el ikar le aguardan.

Llama su casa al lugar donde reposa,

ya duerma entre la gente o en el desierto;

el sigue adelante su camino, el camino

de perfección en que el bairagi sueña.

Clavó su mirada en el hombre,

su mirada limpia y clara:

un Dios hubo, un Dios hay;

tan sólo uno, el gran Kabir dijo.

Cual leve nube es el problema de la acción

y él vaga, como bairagi, por la tierra.

Quiere amar a sus hermanos:

el césped, las fieras, Dios mismo;

el poder olvida y toma su mortaja;

¿Oís? —dice Kabir—. Baíragi queda.