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George se detuvo delante de David.

Había muchísimo silencio en la carpa.

George apuntó y blandió el puño contra la cabeza de David. Por desgracia David se había movido en el último instante, y George falló y se vio obligado a agarrarle el hombro a alguien para impedir caerse.

Por suerte, cuando David se levantó con la intención de emprender la huida, se le enredó el pie en la silla y cayó con torpeza hacia atrás, haciendo aspavientos con los brazos como si tratara de nadar a espalda a través del mantel para huir del alcance de George.

Eso le dio a George una segunda oportunidad de darle un puñetazo. Pero darle un puñetazo a alguien era considerablemente más difícil de lo que parecía en las películas, y George tenía muy poca práctica en ese terreno. En consecuencia su segundo puñetazo alcanzó a David en el pecho, lo que no fue satisfactorio.

La silla estaba en medio. Ése era el problema. George la apartó de una patada. Se inclinó, agarró a David de las solapas de la chaqueta y le dio un buen cabezazo.

Después de eso no se supo muy bien quién le pegaba a quién. Pero había mucha sangre y George estuvo bastante seguro de que era de David, y eso estaba bien.