LOS RESULTADOS DE LA EMPRESA
UNOS días después se supo el resultado de la empresa liberal. De los quinientos hombres de Valdés y Butrón que habían luchado en Vera, más de cien habían quedado en España entre muertos, heridos y prisioneros. De estos últimos se aseguraba que algunos habían sido fusilados en Irún y que otros lo iban a ser al llegar a Pamplona.
Mina y Jáuregui se habían salvado haciendo prodigios de valor. Mina anduvo por los montes, desorientado, perseguido y ojeado por perros de caza, que echaron los realistas tras él. Después de fatigas enormes, rendido y con las viejas heridas echando sangre, llegó a tocar Francia.
En la parte de Aragón y Cataluña la invasión no se efectuó. Méndez Vigo quedó inmóvil en Mauleón, no habiendo podido reunir armas ni organizar sus tropas.
Gurrea, Milans del Bosch y San Miguel no hicieron cosa eficaz en la frontera.
En Gibraltar la salida proyectada por Torrijos, Palarea, Escalante y sus amigos fue impedida por el gobernador inglés de la plaza.
Respecto a Fermín Leguía, a quien se creía perdido, apareció días después en Bayona.
Algunos que llegaron de Vera contaron su persecución y trajeron unos versos en vascuence que había escrito el bertsolari Martín Coplari contra Leguía. Este bertsolari era conocido en el país por su canción sobre Buenaparte.
Los versos contra Leguía empezaban así:
Armada eder bat ekarri digu
Berara, Fermin Legiak.
(‘Un hermoso ejército nos ha traído a Vera Fermín Leguía’.)
Y concluía explicando el fracaso:
Komisaniura goizian zuten
Biserregeren trampiya
Iruneko bidea libre
Euren ustez balentyia
Zaku bidean lehertu eta
Isuri zaio kantiya.
Lo que traducido libremente quiere decir:
‘El día de todos los santos por la mañana tenían la trampa preparada para el virrey. El camino de Irún libre. Ellos se creían valientes, pero el saco se les ha reventado en el camino y se les ha derramado el grano’.
Aviraneta, que tenía carta de seguridad y no había tomado parte en el movimiento, volvió a Bayona días después.
Allí por mediación de Iturri se le comisionó para que secretamente fuera vendiendo los caballos que se habían salvado de la expedición.
Aviraneta hizo el encargo y fue vendiendo los caballos guardados en el bosque de Saint-Pee a los tratantes españoles y franceses.