Este libro es muy especial y está dedicado a mis hijos, que son una auténtica maravilla: Beatrix, Trevor, Todd, Nick, Sam, Victoria, Vanessa, Maxx y Zara. Ellos me han acompañado en cada uno de los momentos de mi vida adulta y a lo largo de toda mi carrera de escritora, y son el mayor tesoro de mi existencia.
Este libro es especial porque, contando todo el grueso de mis novelas publicadas, las inéditas de los primeros tiempos, las obras de no ficción tanto publicadas como inéditas, los libros de poesía y los libros infantiles escritos para mis hijos, es el número cien. He llegado, pues, a un hito extraordinario en mi carrera de escritora, y en gran parte se lo debo al apoyo sin límites, inagotable, incondicional, paciente y lleno de cariño de mis hijos. Sin su amor y su ayuda nunca habría podido hacer realidad este momento. Por eso les dedico este libro de corazón, con todo mi amor y mi agradecimiento.
Además, no puedo dejar pasar este momento decisivo sin dar gracias a personas muy especiales que forman parte de mi vida y que también han contribuido a hacerlo realidad, como Mort Janklow, mi fantástico agente y buen amigo; la querida Carole Baron, que se encarga de revisar mi obra desde hace muchos años y es una buena amiga; Nancy Eisenbarth, también muy querida por mí, que investiga de una forma increíble para facilitarme todo el material que hace que los libros tengan éxito y que es mi amiga desde la infancia. Y también a mis editores y redactores, y a vosotros, mis fieles lectores, sin los que nada de esto sería posible.
Para todos, con todo mi corazón, mi mayor agradecimiento y mi cariño por haber hecho posible este momento tan especial de mi vida. Y siempre, por encima de todo, para mis hijos, por quienes escribo libros y por quienes vivo y respiro. A su lado, cada instante de la vida es un precioso regalo.
Con todo el cariño,
D. S.