«Ya eres un auténtico especialista en consumaciones»

Volví a casa y cambié las sábanas de la cama. Llamé a Matt. Estaba ocupado devorando un bocadillo italiano.

—¿Dónde coño has estado? —me soltó—. La incertidumbre me da hambre.

—Sufrí un infarto después de la consumación.

—Hostia. —Terminó el bocadillo, cogió otro igual que el primero y le dio un mordisco—. ¿Por qué no me llamaste?

—Porque me estaba dando un puto infarto. Me fui al hospital.

—¿Al hospital? Dios santo, esos sitios son criaderos de cucarachas. Tenías que haberme llamado.

—Tengo una arteria obstruida a lo bestia y necesito que me la apañen. Quiero que tú pagues la operación.

—Bien. Bien. Contamos con alguien para cosas así. Nada de hospitales. Contamos con nuestra propia organización, auspiciada por el gobierno. No tendrás que pasar por la mierda de hoy otra vez.

—Estupendo. Lo quiero por escrito. Quiero contar con un buen responsable legal y hacer lo que hace Ernie. Quiero cobrar más.

—¡¿Qué te parece?! El cachorrito quiere su propio hueso. Esto es bueno, Johnny Boy. Me alegro de que la ejecución te haya convencido. Ya no eres virgen. Ya eres un auténtico especialista en consumaciones, chaval. Ahora podemos empezar a trabajar en serio. Te vas a alegrar de no haberla diñado por el infarto. El negocio va a ir para arriba. Lo presiento. Has tomado la decisión correcta. Esto se te da bien. Sí, la muerte se te da bien.

Fecha de modificación

30/6/2059, 5:03 p.m.