Procedente del Departamento de Contención.
Territorios Unidos de Norteamérica
6 de febrero de 2093
En marzo de 2090, un empleado del Departamento de Contención llamado Antón Vyrin, estaba efectuando una inspección rutinaria en las instalaciones de un centro colectivista abandonado situado en una zona rural de Virginia, cuando tropezó con un dispositivo reproductor con pantalla y wi-fi incorporados de octava generación (WEPS.8 por sus siglas en inglés). Al recargar su batería, comprobó que aún funcionaba. El disco duro del aparato contenía unos archivos de texto escritos a lo largo de sesenta años y cuyo autor firmaba con el nombre de John Farrell.
Al parecer, los textos fueron escritos como entradas de un blog o un diario para la red. Es imposible determinar qué archivos publicó Farrell en foros públicos, ya que todos los enlaces a los que conduce su nombre cuando se introduce en la nube en la que ahora se ubica la red, conducen a servidores que resultaron destruidos durante la Gran Corrección. Asimismo, tampoco existe forma de corroborar que John Farrell fuera un especialista en consumación licenciado al servicio del gobierno de Estados Unidos a lo largo de los veinte años anteriores a la Corrección. Todos los servidores del Departamento de Contención de Estados Unidos fueron destruidos en junio de 2079.
A pesar de estas dificultades, si se tienen en cuenta la extrema minuciosidad y el carácter personal de las entradas, sin olvidar la gran cantidad de artículos y entrevistas que Farrell almacenó junto con sus archivos, no cabe duda de que el trabajo en sí avala la veracidad de los textos. En conclusión, cabe afirmar que los archivos encontrados constituyen un registro concluyente sobre la vida en los desaparecidos Estados Unidos a lo largo del período de sesenta años que siguió al descubrimiento de la Cura contra el envejecimiento. Por otra parte, es el testimonio personal más importante con el que contamos sobre la industria especializada en consumación que alcanzó su auge en Estados Unidos a finales de siglo.
Farrell fue un narrador extremadamente meticuloso. Empleó la aplicación RegistradorVital para registrar y almacenar todas sus relaciones humanas e hizo uso de gran parte de esos archivos en sus entradas. Los textos abarcan miles de entradas y cientos de miles de palabras. Sin embargo, con el fin de facilitar su lectura y comprensión, se han editado en un formato abreviado que incluye la parte esencial de los escritos. La lectura de estos textos constituye una prueba irrefutable de que la Cura contra el envejecimiento no debe volver a legalizarse jamás.
NB: La ubicación de Solara Beck sigue siendo un misterio.