Monke distribuyó de nuevo el mundo.
Cuando, antes de morir, Gengis Kan determinó los cuatro uluss para sus cuatro hijos, dio a Ugedei Asia oriental y el trono. Sus sucesores habían perdido ambos y, en Chin, las tropas abjuraron de ellos, tomando partido por el nuevo gran kan. Los últimos descendientes de Ugedei que tenían uluss se encontraban al oeste de Mongolia, en el Altai. Asia oriental estaba disponible, y Monke nombró gobernador de Chin a su hermano Kubilai, que había sido educado por el sabio chino Yao-shi. Kubilai debía continuar la guerra contra el imperio Sung, al sur de China. Asia central, desde el Turkestán hacia Occidente, pertenecía a los descendientes de Tschagatai, pero el uluss que les asignó Gengis Kan no llegaba más allá del lago Aral y el Oxus, y Monke no pensaba en acrecentar su poder dándoles Persia, conquistada posteriormente. Envió a su hermano Hulagu a Asia anterior y le dio «por cada diez tiendas diez guerreros» para que sometiera a los reinos que se extendían más allá del Oxus.
De esta forma, el mundo Mongol adquirió un nuevo aspecto. Los hijos de Tuli reinaban sobre toda la extensión comprendida entre el mar de China y el mar Caspio. Monke nombró como su representante en Mongolia a su hermano menor Arik-Buka.
Tan sólo el reino de Batu, el uluss Dschutschi, siguió inalterado. Cuando Monke despidió a Rubruk, le dijo: «En la cabeza tenemos dos ojos, pero no hay más que un campo visual. A donde mira un ojo, mira el otro. Lo mismo sucede entre Batu y yo: los dos deseamos lo mismo».
A pesar de la amistad que le unía a Batu, las conquistas que Monke podía realizar en Asia le importaban bastante más que Occidente, el cual correspondía, de acuerdo con la división establecida, al uluss de Batu. Por este motivo Europa no fue invadida, y la primera invasión mongol, comparada con ésta, no fue más que un preludio.
De nuevo, los guerreros de Batu emprendieron campañas de pillaje en Galitzia, Lituania y Estonia; el gobernador en la estepa rusa, Nogai, extendió su dominio hasta Serbia y Bulgaria; pero, según la perspectiva mongol, estas incursiones sólo eran escaramuzas sin importancia; la ofensiva general se preparaba simultáneamente en Asia contra Oriente y Occidente.