… con infantil placer y profunda emoción,
no pudiendo citar el nombre de tantos otros
que debieron de obrar como ellos y gracias a los cuales
ha sobrevivido Francia, transcribo aquí sus nombres auténticos…
MARCEL PROUST, El tiempo recobrado
¿Pedirá el siberiano al cielo olivos, o el provenzal, klukwa?
JOSEPH DE MAISTRE, Las veladas de San Petersburgo
Pregunté al escritor ruso por su método de trabajo,
y me sorprendió que no tradujera él mismo sus obras,
ya que hablaba un francés purísimo, con un asomo
de lentitud debida a la sutileza de su mente.
Me confesó que la Academia y su diccionario le dejaban muy frío.
ALPHONSE DAUDET, Trente ans a París