De los apuntes de Miguel

A ÉSE NO LO SALVA NI EL MÉDICO CHINO:

Así se dice todavía en Cuba ante un caso de enfermedad incurable y, por extensión, a quienes enfrentan situaciones de mucha gravedad. Se supone que la frase alude a uno de los médicos chinos que llegaron a la isla en la segunda mitad del siglo XIX —según algunos, Chan Bombiá, que desembarcó en 1858; según otros, Kan Shi Kon, que murió en 1885—. De cualquier manera, se trata del homenaje popular a los galenos chinos, que lograron curas asombrosas e inexplicables en la Cuba colonial.