Por Dicearco[3]
Apolo había pedido a las diosas del Destino que Admeto, a punto de morir, pudiese presentar a alguien que quisiera morir voluntariamente en su lugar, con la finalidad de que pudiese vivir un tiempo igual al que había vivido. Alcestis, la esposa de Admeto, se ofreció ella misma, puesto que ninguno de sus padres aceptaba morir por su hijo. Poco después de haber acontecido este hecho, se presenta Heracles y, habiéndose enterado por un sirviente de lo sucedido a Alcestis, se encamina hacia la tumba y, obligando a la Muerte a alejarse, cubre con un vestido a la mujer y a Admeto le pedía que la acogiese y la protegiese. Pues decía que la había recibido como premio de una competición de lucha. Ante la negativa de aquél a acogerla, le mostro que era la mujer por la que se lamentaba.
De otro modo[4]
Alcestis, hija de Pelias, habiendo aceptado morir en lugar de su propio esposo, es salvada por Heracles que se encontraba entonces en Tesalia, obligando a los dioses infernales y arrebatándoles a la mujer. El tema no es tratado por ningún otro de los trágicos. Ocupa en la producción de Eurípides el lugar decimoséptimo. Se representó bajo el arcontado de Glaucino (483 a. C.)… Sófocles obtuvo el primer premio y el segundo Eurípides con Las Cretenses, Alcmeón en Psófide, Télefo y Alcestis… El desenlace del drama es, más bien, cómico. La escena del drama tiene lugar en Feras, una ciudad de Tesalia. El coro está formado por algunos ancianos del lugar, que se presentan para compartir el dolor de las desgracias de Alcestis. Apolo recita el prólogo […] era corego.
El drama es, más bien, satírico, pues tiene un desenlace alegre y placentero, contrario a la esencia de lo trágico. Se rechazan, como impropios de la poesía trágica, Orestes y Alcestis, ya que comienzan por una desgracia y concluyen en felicidad y alegría, lo cual es más adecuado a la comedia.