Durante muchas edades hubo brujas. La Biblia mandaba que no debía permitírseles vivir; por tanto la Iglesia, de forma ociosa e indolente durante 800 años, tomó sus cuerdas, tenazas y atizadores, y se puso a hacer su sagrado trabajo con ganas. Durante nueve siglos metió en prisión, torturó, colgó y quemó hordas de brujas y limpió el mundo cristiano con su malvada sangre. Luego se descubrió que no existían las brujas, y que no las había habido nunca. Uno no sabe si reírse o llorar.
MARK TWAIN