—¿Qué se oye?
—No te preocupes, es el duque…
—¿Pero qué coño hace? Parece que estuviera inundando la cocina…
—Pasa de él, nos trae al pairo… Y ven aquí conmigo, anda…
—No, déjame.
—Anda, que vengas, te digo… Ven… ¿Por qué no te quitas la camiseta?
—Tengo frío.
—Que vengas, te digo.
—Es un poco raro, ¿no?
—Está totalmente chalao… Tenías que haberlo visto antes, ha salido con bastón y sombrero de payaso… He pensado que se iba a un baile de disfraces…
—¿Y adónde iba?
—A ver a una chica, creo…
—¡A una chica!
—Sí, creo que sí, pero no sé… Pero a ti y a mí eso nos trae sin cuidado… Venga, joder, date la vuelta…
—Déjame.
—Joder, Aurélie, mira que eres pesada, tía…
—Aurélia, no Aurélie.
—Aurélia, Aurélie, tanto da. Bueno… ¿qué pasa, los calcetines también te los vas a dejar toda la noche, o qué?