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Durante el primer segundo que Richard permaneció en la superficie de Nueva York, cien millones de billones de datos fueron adquiridos por los infinitesimales sensores esparcidos por toda la gigantesca nave espacial cilíndrica. Estos datos fueron transmitidos en tiempo real a centros locales de tratamiento de datos, de tamaño sin embargo microscópico, donde quedaron almacenados hasta el momento de su retransmisión al procesador central de telecomunicaciones sepultado bajo el Hemicilindro Sur.

Cada segundo de cada hora de cada día los sensores de Rama adquieren estas unidades de cien trillones de datos. En el procesador de telecomunicaciones, los datos son etiquetados, clasificados, analizados, comprimidos y almacenados en aparatos registradores cuyos componentes individuales son más pequeños que un átomo. Tras su almacenamiento, los datos son recuperados por las docenas de procesadores reticularmente interconectados, cada uno de los cuales realiza una función distinta, que, juntos, controlan la nave espacial Rama. Millares de algoritmos se extienden entre los procesadores que trabajan sobre los datos, extrayendo información de tendencias y síntesis como preparación para las ráfagas de datos regularmente programadas que transmiten el estado de la misión a la Inteligencia Nodal.

Las ráfagas de datos contienen una mezcla de datos primarios, comprimidos y sintetizados, según los formatos exactos seleccionados por los diferentes procesadores. La parte más importante de cada ráfaga es el informe narrativo, en el que la inteligencia unificada pero reticulada de Rama presenta su resumen priorizado del progreso de la misión. El resto de la ráfaga es información auxiliar, imágenes o mediciones o transmisiones de los sensores que, o bien suministran datos complementarios adicionales, o bien apoyan directamente las conclusiones contenidas en el resumen.

El lenguaje utilizado en el resumen narrativo es de estructura matemática, definición precisa y alta codificación. Es también abundante en notas marginales, conteniendo cada expresión o frase equivalente, como parte de su estructura de transmisión, los indicadores de remisión a los datos reales que sustentan la afirmación concreta que se está realizando. El informe no podría, en su más puro sentido, ser traducido a ningún lenguaje tan primitivo como los utilizados por los seres humanos. No obstante, lo que sigue es una tosca aproximación al informe resumen recibido de Rama por la Inteligencia Nodal poco después de la llegada de Richard a Nueva York.

INFORME Número 298
Hora de transmisión: 156 307 872 491.5116
Tiempo desde Alerta Primera Fase: 29.2873
Referencias: Nódulo 23-419
Nave espacial 947
Viajeros espaciales 47 249 (A & B)
32 806
2 666

Durante el último intervalo, los humanos (Viajero espacial Número 32 806) han continuado luchando victoriosamente contra el par simbiótico avícola/sésil (número 47 249 - A & B). Los humanos controlan ahora casi todo el interior del hábitat avícola/sésil, incluida la sección superior del cilindro pardo en que antes vivían los avícolas. Los avícolas han luchado valerosa pero infructuosamente contra la invasión humana. Se les ha ido dando muerte sin piedad y en la actualidad quedan menos de cien supervivientes.

Los humanos no han violado aún la integridad del territorio sésil. Pero han encontrado los pozos de ascensor que conducen a las partes inferiores del cilindro pardo. Los humanos están elaborando planes para lanzar un ataque contra la morada sésil.

Los sésiles son una especie indefensa. No hay armas de ninguna clase en su territorio. Incluso su forma móvil, que posee la destreza necesaria para usar armas, es esencialmente no violenta. Para protegerse de lo que temen que será una inevitable invasión por parte de los humanos, los sésiles han ordenado a los móviles mirmigatos que construyan fortalezas en torno a los cuatro más viejos y desarrollados de su especie. Mientras tanto, no se permite que germinen más melones maná y los mirmigatos que no participan en el proceso de construcción se están encerrando tempranamente en el capullo. Si los humanos demoran su ataque varios intervalos más, como parece probable, es posible que sólo encuentren unos pocos mirmigatos durante su invasión.

El hábitat humano continúa dominado por individuos de características claramente diferentes de las que poseía el contingente humano observado en el interior del Rama II y en El Nódulo. Los actuales dirigentes humanos centran su atención en la conservación de poder personal, sin atender seriamente al bienestar de la colonia. Pese al mensaje en vídeo y a la presencia de mensajeros humanos en su grupo, estos dirigentes no deben de creer que realmente están siendo observados, pues su comportamiento no refleja en manera alguna la posible existencia de un conjunto de valores o leyes éticas superiores.

Los humanos han continuado la guerra contra los avícolas/sésiles fundamentalmente porque ello desvía la atención de los demás problemas de la colonia, incluida la degradación medioambiental iniciada por los humanos y el reciente acusado descenso del nivel de vida. Los dirigentes humanos, y, de hecho, la mayoría de los colonos, no han mostrado el menor remordimiento por la destrucción y posible exterminio de los avícolas.

La familia humana que permaneció durante más de un año en El Nódulo no ejerce ya influencia apreciable en los asuntos de la colonia. La mujer que fue la mensajera principal continúa encarcelada, esencialmente porque se opone a las acciones de los dirigentes actuales, y corre peligro de ser ejecutada. Su marido ha estado viviendo con los avícolas y los sésiles y constituye un elemento decisivo en el intento de éstos por sobrevivir al ataque humano. Los hijos no tienen aún la madurez suficiente como para ser un factor importante en la colonia humana.

Muy recientemente, el marido escapó del territorio sésil a la isla que se encuentra en medio de la nave espacial. Llevaba consigo embriones avícolas y sésiles. Conoce bien el medio en que ahora se desenvuelve y debe, por lo tanto, ser capaz de sobrevivir y sacar adelante a las crías de la otra especie. Es posible que su huida se deba, al menos en parte, a la mediación no agresiva que comenzó en la época de la alerta de primera fase. Las señales de mediación desempeñaron, casi con toda seguridad, un papel importante en la decisión de los sésiles de confiar sus embriones a un ser humano.

Pero no existen pruebas de que las transmisiones de mediación hayan afectado al comportamiento de ninguno de los humanos. Para los sésiles, el procesado de información es una actividad primaria y no es, por tanto, sorprendente que fueran susceptibles a sugerencias mediadoras. Los humanos, sin embargo, en especial los dirigentes, tienen sus vidas tan llenas de actividad que queda poco tiempo, si es que queda algo, para la reflexión.

Existe un problema adicional con los humanos y la mediación no agresiva. Como especie, son tan variados, de individuo a individuo, que no se puede diseñar un paquete de transmisión de amplia aplicabilidad. Una serie de señales que podrían dar lugar a una modificación positiva del comportamiento en un humano no ejercerán, casi con toda seguridad, influencia alguna en ningún otro. Se están llevando a cabo en la actualidad experimentos con diferentes tipos de procesos de mediación, pero es posible que los humanos pertenezcan a ese pequeño grupo de viajeros del espacio que son inmunes a la mediación no agresiva.

En el sur de la nave espacial, los aracnopulpos (Número 2 666) continúan medrando en una colonia casi indistinguible de cualquiera de sus otras colonias aisladas en el espacio. Se mantiene latente toda la gama de expresión biológica posible, fundamentalmente por la limitación de recursos territoriales y por la ausencia de verdadera competencia. No obstante, transportan consigo el importante potencial de expansión que ha caracterizado sus logradas transferencias de un sistema estelar a otro.

Hasta que los humanos exploraron a través del muro de su propio hábitat y rompieron el cierre de su recinto, los aracnopulpos prestaron muy poca atención a las otras dos especies existentes en la nave espacial. Pero desde que los humanos comenzaron su exploración, los aracnopulpos han observado con creciente interés los acontecimientos que se desarrollaban en el norte. Los humanos ignoran todavía su existencia, pero los aracnopulpos han empezado ya a elaborar un plan de emergencia que cubra una posible interacción con sus agresivos vecinos.

La pérdida potencial de toda la comunidad avícola/sésil reduce sobremanera el valor de la misión. Es posible que los únicos supervivientes sésiles y avícolas de la expedición acaben siendo los que se encuentran en el pequeño zoo de los aracnopulpos y, quizá, los criados en la isla por el humano. Ni siquiera la irrevocable pérdida de una especie exige una alerta de fase dos; no obstante, el continuado comportamiento impredecible y contrario a la vida de los actuales dirigentes humanos provoca el grave temor de que la misión pueda sufrir importantes pérdidas adicionales. En el próximo futuro, la actividad mediadora se centrará en los humanos que se oponen a los actuales dirigentes y que, con su comportamiento, han demostrado haber superado el territorialismo y la agresión.