La última canción de Bilbo

El día ha terminado,

mis ojos se cierran,

pero largo es el viaje

que me espera.

Adiós, amigos.

Oigo la llamada.

Junto al malecón de piedra

la nave aguarda.

Blanca la espuma,

grises las olas;

más allá del ocaso

mi rumbo lleva.

Sal es la espuma,

y libre es el viento;

oigo como ruge

el mar intenso.

Adiós, amigos.

Izadas las velas,

el viento del este

las amarras tensa.

Sombras alargadas

ante mí se extienden,

bajo la inabarcable

bóveda celeste;

Pero hay unas islas

más allá del Sol,

y las alcanzaré

antes de que todo acabe.

Tierras hay

al oeste del Oeste,

donde la noche es quietud,

el sueño, reposo.

Guiado por

la Estrella Solitaria,

más allá

del último puerto

Encontraré refugio,

hermoso y libre,

y las playas

del Mar Estrellado.

Nave, nave mía.

El Oeste busco,

y campos

y montañas

siempre benditos.

Adiós al fin

a la Tierra Media.

¡Sobre tu mástil

diviso ya la Estrella!