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Envoltorios de comida para llevar, periódicos apilados: un mes encerrado en un escondrijo de Pete.

Una casa de campo en las afueras de San Diego. Un refugio seguro: su ex esposa estaba en Europa, en un viaje turístico de seis semanas. El alquiler pirata a Pete: dos de los grandes a la semana.

Periódicos. La historia, dispersa:

Mi confesión, censurada por mandamiento judicial.

Dudley, medio muerto.

La investigación federal, por tierra.

Narcóticos, destruida; Exley, triunfante.

Tiempo para pensar.

Llamadas telefónicas; Pete, informando desde el mundo exterior:

Ordenes de detención contra mí —estatal y federal—, nueve acusaciones en total. «Te buscan por lo de Miciak, por fraude fiscal y por conspiración para delinquir (dos acusaciones del fiscal del Estado y tres de los federales). Se ha facilitado tu descripción a nivel nacional y aparece en todos los boletines de los federales. Puedes quedarte en la casa hasta el 27 de enero, pero eso es todo.»

Pete, el 13 de enero:

«Glenda aún está en Fresno. Los federales la tienen bajo vigilancia, pero creo que podré traerla a escondidas para una visita antes de que te marches.»

14 de enero:

«He llamado a Jack Woods. Me ha dicho que Meg está bien y lo he comprobado con un tipo de los federales que conozco. También me ha dicho que Noonan no va a presentar cargos contra ella por fraude a Hacienda; Jack está demasiado ocupado en la preparación de alguna nueva investigación como para que la chica le importe una mierda.»

15 de enero.

16 de enero.

17 de enero.

Cansado, harto: cinco semanas seguidas a régimen de comida china para llevar.

18 de enero:

«Dave, no puedo conseguirte un pasaporte. No tengo ningún contacto de confianza y he oído que los proveedores de los gángsters se niegan a venderlos porque imaginan que tú eres el comprador.»

19 de enero. Fiebre de huida a ciegas. Pesadillas. TODO dando vueltas.

20 de enero:

«Glenda cree que han levantado la vigilancia sobre ella. Dice que va a traerte el dinero dentro de un par de días.»

21 de enero; Pete, acojonado:

«El señor Hughes ha descubierto que te estoy escondiendo. Está furioso porque Glenda ha salido bien librada de lo de Miciak y por lo de…, mierda, ya sabes: tú y ella. El señor Hughes quiere una compensación personal y ha dicho que no te entregará si colaboras. Dave, intentaré no pasarme.»