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—Dave, por favor…

Poderes mentales. Yo había aparecido en la puerta hacía apenas dos segundos, y él ya me estaba suplicando. En la mano derecha, un tatuaje: «Sally x siempre.»

—Dave, por favor…

683 de los grandes y el machete.

Pete, fuera, buscando a Madge; Fred, acostado en el dormitorio.

Chick, esposado. El pánico le hacía locuaz:

Hace tiempo que nos conocemos, lo hemos pasado bien, lamento haberme tomado a broma lo de Glenda, pero no puedes recriminarme eso, ¿verdad? Nos hemos divertido juntos, hemos hecho dinero, Pete quiere matarme, es un jodido anuncio de neón…

—Dave, por favor…

Cojines para amortiguar el estampido. Cortinas como improvisada mortaja.

—Dave… por Dios, Dave…

Cansado. Sin ánimos para hacerlo… todavía.

El muerto hablante:

Desapareceré… puedes confiar en mí… Glenda es estupenda… Sid Frizell dice que tiene madera de estrella. Frizell… vaya tarugo… no tiene ideas… ese tipo de la cámara, Wylie Bullock, es el doble de listo y no sería capaz de dirigir el tráfico en Marte… Tú y Glenda… os deseo lo mejor… Dave, sé lo que te ronda por la cabeza. Puedo verlo en tus ojos…

Cansado.

Sin ánimos para hacerlo… todavía.

Sonó el teléfono. Descolgué:

—¿Sí?

—Soy Pete.

—¿Y?

—Y he encontrado a Madge Kafesjian.

—¿Dónde?

—Motel Skyliner; Lankershim y Croft, en Van Nuys. Tiene la habitación 104 y el tipo de recepción dice que está en plena llorera.

—¿La estás vigilando?

—Trabajo por tu cuenta y estoy pendiente de esa habitación hasta que tú me digas lo contrario.

—Limítate a quedarte ahí. Iré enseguida, en cuanto pueda, así que…

—Oye, he hablado con el señor Hughes. Dice que el sheriff ha encontrado a un testigo que vio a Glenda rondando la casa de Hollywood Hills la noche que se calcula que murió Miciak. La policía local cree que está complicada y la busca como sospechosa. Parece que la chica se ha largado de la ciudad, pero…

—Tú quédate en el motel.

Colgué y marqué el número directo de Chino.

—Despacho de la ayudante del alcaide.

—¿Está Clavell? Soy el teniente Klein, del LAPD.

—¡Ah, sí, señor! El señor Clavell me dejó una lista de nombres para que se la lea.

—Dígame primero todos los internos que han salido en libertad.

—¿Las direcciones actuales, también?

—Primero, los nombres. Quiero ver si hay alguno que me suene.

—Sí, señor.

Con voz lenta, precisa:

—Altair, Craig V.; Allegretto, Vincent W.; Anderson, Samuel; Bassett, William A.; Beltrem, Ronald D.; Bochner, Kurt; Bonestell, Chester W.; Bordenson, Walter S.; Bosnitch, Vance B.; Bullock, Wylie D…

Ting/clic: allí había ALGO. El ALGO que faltaba.

Wylie Bullock.

El cámara del Vampiro.

El hombre de las ideas, exigiendo más sangre y vísceras a Sid Frizell.

—Burdstall, John C; Cantrell, Martin…

—Volvamos a Wylie Bullock. Deme la fecha de salida y su última dirección conocida.

—Hum… Salió en libertad condicional el 9 de noviembre de 1957 y la dirección que dejó es: Cámping de remolques de Larkview, Arroyo y Brand, en Glendale.

Freddy en el pasillo, bostezando.

—¿Quiere el resto de los nombres, señor?

Colgué el auricular.

—Cuando estuviste en Chino, ¿tenías a un tal Wylie Bullock en tu clase?

—Sí, eso es. Ése era el tipo que andaba siempre con Richie Herrick.

Adrenalina. Zuuum. Chick:

—Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo…

Ejecución aplazada: la suerte de los tontos.