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Times de Los Ángeles, 12 de abril
GRAN JURADO REVISA PRUEBAS
DEL NITE OWL
Y DECLARA CERRADO EL CASO
Casi cinco años después del crimen, la ciudad y el condado de Los Ángeles se despidieron oficialmente del «Crimen del Siglo» de California Sur, el tristemente famoso caso del Nite Owl.
El 16 de abril de 1953, tres pistoleros irrumpieron en la cafetería Nite Owl de Hollywood Boulevard y mataron a balazos a tres empleados y tres clientes. Se supuso que el motivo era el robo, y las sospechas pronto recayeron sobre tres jóvenes negros, a quienes se arresto como sospechosos.
Los tres —Raymond Coates, Tyrone Jones y Leroy Fontaine— escaparon de la cárcel y resultaron muertos al resistirse al arresto.
Presuntamente, los tres confesaron ante el fiscal del distrito Ellis Loew antes de su fuga, y se dio el caso por resuelto.
Cuatro años y diez meses después, un interno de San Quintín, Otis John Shortell, presentó información que indujo a muchos a creer que los tres jóvenes eran inocentes de la matanza del Nite Owl. Shortell declaró que estaba en presencia de Coates, Jones y Fontaine cuando todavía participaban en la violación de una joven, a la hora exacta de la matanza. El testimonio de Shortell, verificado con detector de mentiras, indujo al público a exigir la reapertura del caso.
Esta exigencia se agudizó después del asesinato de Peter y Baxter Englekling el 25 de febrero. Los hermanos, convictos por tráfico de narcóticos, fueron testigos materiales en la investigación del Nite Owl en 1953 y afirmaron entonces que la matanza surgió de una red de intrigas que se relacionaban con la pornografía. Aún no se ha resuelto la muerte de los Englekling. En palabras del teniente Eugene Hatcher, del Departamento del Sheriff del condado de Marin: «Ninguna pista. Pero aún seguimos intentándolo».
El caso Nite Owl Wite se reabrió, y se revelaron conexiones con la pornografía. El 27 de marzo, el adinerado inversor Pierce Morehouse Patchett fue asesinado a balazos en su casa de Brentwood, y dos días después la policía mató a balazos a Abraham Teitlebaum, 49 años, y Lee Peter Vachss, 44 años, sus presuntos asesinos. Ese mismo día aconteció la tristemente célebre «matanza de los uniformes azules».
Entre los delincuentes muertos: Burt Arthur «Doble» Perkins, cantante de clubes nocturnos vinculado con el submundo del hampa. Se dio por sentado que Teitlebaum, Vachss y Perkins eran los asesinos del Nite Owl. El capitán Dudley Smith, del Departamento de Policía de Los Ángeles, ofreció esta declaración:
«La matanza del Nite Owl derivó de un grandioso plan para distribuir perversas y corruptoras obscenidades pornográficas. Teitlebaum, Vachss y Perkins intentaban matar a Delbert «Duke» Cathcart, traficante independiente de material pornográfico, y adueñarse al mismo tiempo de los negocios de Pierce Patchett. Pero el que estaba allí era un tal Dean van Gelder, un delincuente que se hacía pasar por Cathcart. El caso del Nite Owl quedará como testimonio de los crueles caprichos del destino, y me satisface que esté resuelto al fin».
El capitán Edmund Exley, ahora ascendido a inspector, se llevó los laureles por la resolución de la reapertura del caso del Nite Owl, y ha declarado que por fin está cerrado, a pesar de los rumores de que un cuarto conspirador murió abruptamente cuando estaban a punto de arrestarlo.
«Tonterías», declaró Exley. «Di al gran jurado un informe detallado del caso y yo mismo he testificado. Aceptaron mis hallazgos. Está cerrado».
A un alto precio. El jefe de detectives del Departamento de Policía, Thad Green, quien pronto se retirará y asumirá el mando de la Patrulla de Fronteras, declaró: «No hay caso comparable al del Nite Owl por los gastos y la cantidad de horas y hombres acumulados en la investigación. Ha sido un caso excepcional y hemos pagado un elevado coste para resolverlo».
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Mirror-News de Los Ángeles, 15 de abril
CAUSA ASOMBRO LA RENUNCIA DE LOEW;
LA COMUNIDAD LEGAL ALBOROTADA
Cunden las especulaciones en los círculos legales del sur de California: ¿por qué el fiscal de distrito Ellis Loew renunció ayer a su cargo, interrumpiendo una brillante carrera política? Loew, de 49 años, anunció su renuncia en su habitual conferencia de prensa semanal, pretextando agotamiento nervioso y el deseo de regresar a la práctica privada de la abogacía. Asistentes próximos al funcionario describieron ese abrupto retiro como asombrosamente atípico. La Fiscalía de Distrito está anonadada: Ellis Loew parecía gozar de perfecta salud.
Robert Gallaudet, encargado de procesos penales, declaró a este reportero: «Mire, estoy pasmado, y no me pasmo fácilmente. ¿Cuál es el motivo profundo de Ellis? No lo sé, pregúntele a él. Y cuando los concejales designen un fiscal interino, espero que piensen en mí».
Cuando se aplacaron las ondas del impacto, llovieron las alabanzas. El jefe del Departamento de Policía, William H. Parker, describió a Loew como un «enérgico y ecuánime enemigo de los delincuentes» y el capitán Dudley Smith, asistente de Parker, declaró:
«Echaremos de menos a Ellis. Era un estupendo amigo de la justicia». El gobernador Knight y el alcalde Norris Poulson enviaron telegramas a Loew pidiéndole que revisara su decisión. No pudimos obtener declaraciones de Loew.
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Herald-Express de Los Ángeles, 19 de abril
SUICIDIOS EN LA TIERRA DE LOS SUEÑOS:
CONSTERNACIÓN Y PESAR
Los hallaron juntos en la Tierra de los Sueños, temporalmente cerrada para llorar la muerte del hijo de un gran hombre. Preston Exley, de 64 años, ex policía de Los Ángeles, magnate de la construcción y neófito en política; Inez Soto, de 28 años, directora de publicidad del complejo de diversiones más célebre del mundo y testigo clave en el siniestro caso del Nite Owl. Y Raymond Dieterling, 66 años, padre de la animación moderna, el genio que virtualmente creó el dibujo animado, el hombre que construyó la Tierra de los Sueños como tributo a un hijo trágicamente perdido. El mundo en general y Los Ángeles en particular han expresado gran pesar y consternación.
Los hallaron juntos la semana pasada, en la Gran Avenida de la Tierra de los Sueños. No había notas, pero Frederic Newbarr, forense del condado, pronto descartó la posibilidad de homicidio y dictaminó que la causa de las muertes era suicidio. El medio: los tres ingirieron cantidades fatales de una rara droga antisicótica. Expresiones de pesar saludaron la noticia. El presidente Eisenhower, el gobernador Knight y el senador William Knowland se contaron entre quienes expresaron sus condolencias a los seres queridos de los tres. Exley y Dieterling dejaron fortunas: el magnate de la construcción legó su reino a su leal asistente Arthur De Spain y su fortuna financiera de 17 millones de dólares a su hijo Edmund, oficial de policía de Los Ángeles. Dieterling dejó sus vastas propiedades a un fondo legal, con instrucciones de repartir los fondos y las futuras ganancias de la Tierra de los Sueños entre diversas instituciones caritativas para niños. Resueltos los problemas legales y cuando aún no se disipaba el asombro y la pena del público, empezaron a surgir especulaciones sobre el motivo de los suicidios.
La señorita Soto tuvo vinculaciones románticas con Edmund Exley el hijo de Preston Exley, y últimamente había sufrido a causa de la publicidad relacionada con su papel en el caso del Nite Owl. Raymond Dieterling estaba abatido por el reciente asesinato de su hijo William. Preston Exley, en cambio, celebraba su mayor triunfo, la conclusión del sistema de autopistas de California Sur, y acababa de anunciar su candidatura a gobernador. Una encuesta realizada poco antes de su muerte lo anunciaba como ganador de la nominación republicana. No parece haber motivo lógico para que este hombre se quitara la vida. Los más allegados a Preston Exley —Arthur de Spain y su hijo Edmund— se han negado a hacer comentarios.
Cartas de condolencia y tributos florales inundan la Tierra de los Sueños y la mansión de Preston Exley en Hancock Park. Las banderas ondean a media asta en el estado de California. Hollywood llora la pérdida de un coloso del cine.
Preston Exley y Ray Dieterling fueron gigantes. Inez Soto era una muchacha enérgica y sufrida que se convirtió en asistente de confianza y amiga íntima de ambos. Antes de su muerte, los tres añadieron codicilos a sus testamentos, declarando que deseaban ser sepultados juntos en el mar. Este acto se llevó a cabo ayer, sumariamente, sin ceremonia religiosa y sin invitados. El jefe de seguridad de la Tierra de los Sueños se encargó de ello y se negó a revelar el lugar donde se dio descanso eterno a los cuerpos. La pregunta «¿Por qué?» aún tiembla en millones de labios.
El alcalde Norris Poulson no sabe por qué. Pero ofrece un adecuado encomio: «En pocas palabras, estos dos hombres simbolizaban la realización de una visión: Los Ángeles como un sitio de encantamiento y de gran calidad de vida. Más que nadie, Raymond Dieterling y Preston Exley personificaron los sueños grandiosos y benévolos que han construido esta ciudad».