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Una sala de archivos en el edificio de Vehículos. Había pilas de cajas de dos metros de altura. Johnny y Abe se habían puesto nerviosos cuando mencionó el coche rojo. Trató de ordenarse las ideas: estaba tan exaltado que no podía pensar y registrar archivos al mismo tiempo.

Stompanato, Teitlebaum y Lee Vachss: los pistoleros de Nite Owl; ellos tres debían de ser los que habían abatido a los hampones advenedizos y a los concesionarios de Cohen. Perkins formaba parte de la pandilla. Los demás no sabían que mataba rameras a golpes, lo considerarían torpezas de aficionado, no lo tolerarían. Dudley era el cabecilla: no podía ser otra cosa. Su oferta de trabajo era un intento de reclutarlo; el arresto de Lamar Hinton era Dudley tratando de atar cabos sueltos en lo concerniente a Patchett. Patchett y Smith asociados, Hinton muerto, Breuning y Carlisle eran parte de la pandilla. «Contener», «contenido», «contención», «apoyo económico». Dudley intentaba controlar los negocios ilegales de Los Ángeles y atribuir el Nite Owl a una nueva pandilla de negros.

Bud consultó los archivos: registros de automóviles, principios de abril del 53. Pulcro como un estudiante: calculaba que habían puesto el coche rojo en el Nite Owl, las escopetas en el coche de Coates, las balas en el Griffith Park. Los asesinos seguían el caso, tuvieron suerte con el Mercury, encontraron a unos negros que pagaran la cuenta. Error, no era suerte: había hombres del Departamento de Policía en el trabajo. Leían informes, sabían que negros adictos disparaban escopetas y les pasaron la cuenta. Pensaron que los despacharían al arrestarlos y el caso quedaría cerrado.

Consiguieron un coche que concordaba con la descripción del informe. Se aseguraron de dejarlo cerca del Nite Owl.

No robaron un coche: los polizontes no podían arriesgarse a que los arrestaran. No compraron un coche rojo: compraron un auto de otro color y lo pintaron.

Bud continuó trabajando. Sin lógica: Mercury, Chevy, Cadillac, Los Ángeles, Sacramento, San Francisco. Quien hubiera registrado el coche había usado un nombre falso. Un golpe de suerte: raza, fecha de nacimiento y descripción física del registrado enumeradas en tarjetas añadidas a las copias del documento de compra. Datos para realizar eliminaciones, tal como había aprendido en sus cursos: Mercury 48-50, compradores de California Sur, descripciones que concordaban con Dudley, Stompanato, Vachss, Teitlebaum, Perkins, Carlisle y Breuning. Horas de indagación y un fajo de papeles. Uno que parecía tibio:

Cupé Mercury gris 1948, adquirido el 10 de abril de 1953. Registro: Margaret Louise March, mujer blanca, nacida el 23/7/18, ojos y pelo castaños, uno sesenta, ciento cinco kilos. Domicilio: Oxford Este 1804, Los Ángeles. Número telefónico: Normandie 32758.

De tibio a hirviente: la gorda Dot Rothstein. Oxford iba de norte a sur, no de este a oeste. La llamada a Dot desde la tienda de Abe. DU-32758. Esa estúpida lesbiana había usado su propio número con otro distrito y se compró pintura roja.

Bud soltó un grito triunfal, dio un puñetazo en el aire y patadas a las cajas. Dos casos resueltos en un día, si alguien podía creerlo. Vestido de fiesta y sin pareja. Pruebas circunstanciales contra Dudley: nada concluyente. Dudley estaba demasiado bien situado para caer, a nadie le interesaba tumbarlo.

Excepto a Exley.