Para Marc, por arreglarme el ordenador a las cuatro de la madrugada

y ser el crítico más exigente y más paciente del mundo.

Y porque es el mejor héroe que ha existido jamás,

aunque nunca se sienta satisfecho con mis dedicatorias.

Y para Ágata y Olivia, porque me ayudan a repasar

y se ríen de mí cuando les leo en voz alta.