No es bueno

quedarse en la orilla

como el malecón o como el molusco que quiere calcárea—

[mente imitar a la roca.

Sino que es puro y sereno arrastrarse en la dicha

de fluir y perderse,

encontrándose en el movimiento con que el gran corazón

de los hombres palpita extendido.

Como ese que vive ahí, ignoro en qué piso,

y le he visto bajar por unas escaleras

y adentrarse valientemente entre la multitud y perderse.

VICENTE ALEIXANDRE