A Su Majestad la reina Sofía, que me dio su confianza y su tiempo. Sin ella, yo no hubiese podido ni querido hacer este libro.
A Su Majestad el rey Juan Carlos y a Su Majestad el Rey Constantino II de Grecia, que me recibieron y me hablaron de la reina.
A sus Altezas Reales Irene de Grecia y Tatiana de Radziwill, que me contaron tantas pequeñas y grandes cosas.
A Laureano López Rodó, Carmen Iglesias, Montserrat Caballé, Carmen Alborch, Cristina Alberdi, Gustavo Suárez Pertierra y Federico Mayor Zaragoza, que me han facilitado una valiosa información de sus propias vivencias cerca de la reina.
A las personas de la Casa de Su Majestad, que supieron hacerme inverosímiles huecos de la llenísima agenda de la reina.
A Amparo Zapatero, que fue discreta y eficaz intérprete con alguno de mis interlocutores.
Y, como siempre, al lector que toma este libro en sus manos y me da la atención de su lectura.
La autora