Los ojos que me escarnecen señalan el camino
Por donde transcurro al declinar el día,
Camino gris, sus cárdenos mojones son
La estrella ensortijada que acude a su cita.
¡Ay estrella del mal! ¡estrella del dolor!
La animosa juventud no volverá otra vez
Y aún me falta la sabiduría del corazón anciano para conocer
Las huellas que me afrentan a mi paso.