RECUERDO DE LOS COMEDIANTES EN UN ESPEJO A MEDIA NOCHE

Sus bocas forman el lenguaje del amor. Rechinad

Los trece dientes

Con los que hacen muecas vuestras enjutas quijadas. Fustigad

Vuestro anhelo y vuestro apocamiento, desnudo deseo de la carne.

Vuestro aliento amoroso está rancio, sea hablado o cantado,

Tan agrio como resuello de gato,

Bronco de lengua.

Este gris que mira con descaro

No miente, escueta piel y huesos.

Que los grasientos labios abandonen su besuqueo. Nadie

La escogerá tal cual la veis para hocicarla.

Al horrible apetito ya le ha llegado su hora.

Arrancaos el corazón, sangre salobre, fruto de las lágrimas,

¡Arrancáoslo y devoradlo!