CONTEMPLANDO LAS CANOAS EN SAN SABBA

Escuché sus jóvenes corazones clamar

Al amor sobre el rápido sesgo de los remos

Y escuché a las hierbas pratenses suspirar:

¡Nunca más, nunca has de volver más!

¡Oh corazones, oh hierbas suspirantes,

En vano se afligen vuestros gallardetes henchidos de amor!

Nunca más el bravo viento que sopla

Volverá, nunca más.