XXXI

Allá en Donneycarney

Cuando el murciélago revoloteaba entre los árboles,

Mi amor y yo caminábamos juntos

Y dulces fueron las palabras que me dijo.

Con nosotros la brisa estival

Oreaba susurrante —oh cuán feliz—

Pero más tierno que el aliento del verano

Fue el beso que ella me dio.