XXV

Ligera vengas o ligera marches:

Aunque tu corazón te augure pena,

Valles y muchos soles consumidos,

Oréade, deja que tu risa brote

Hasta que el atrevido aire alpino

Rice todo tu pelo flameante.

Ligera, ligera… Siempre así:

Las nubes que ciñen los valles profundos

A la hora del lucero vespertino

Son los siervos más sumisos:

Amor y risas la canción confiesa

Cuando está el corazón más abatido.