Corazón mío, ¿por qué me has de usar así?
Queridos ojos que gentilmente me reconvenís,
Aún sois bellos… ¡Mas ay,
Cuán ataviada va vuestra hermosura!
Por el claro espejo de tus ojos,
Por el tierno lamento de beso a beso,
Vientos áridos acometen entre clamores
El jardín umbrío donde habita el amor.
Y pronto el amor se habrá de disipar
Cuando sobre nosotros vientos feroces soplen;
Mas tú, mi querido amor, demasiado querido,
¡Ay! ¿por qué me has de usar así?