Cuando la tímida estrella avanza por el cielo
Toda ella modestia, desconsuelo,
Escucha en mitad del letargo vespertino
A quien canta junto a tu puerta.
Su canción es más tierna que el rocío
Y a visitarte ha venido.
Oh deja ya de inclinarte, arrobada,
Cuando al atardecer te solicite,
Y no reflexiones: ¿Quién puede ser este juglar
Cuya balada sobre mi corazón desciende?
Reconoce así, por el canto de tu amante,
Que soy yo quien viene a visitarte.