II

El crepúsculo, de amatista, se torna

Azul más y más intenso,

El farol llena de un tenue fulgor verde

Los árboles de la avenida.

El viejo piano interpreta una melodía

Serena y lenta y jovial;

Ella se encorva sobre las teclas amarillentas,

E inclina así su cabeza.

Tímidos pensamientos, ojos serios y abiertos

Y manos que vagan mientras escuchan…

El crepúsculo se torna azul aún más oscuro

Con reflejos de amatista.