AGRADECIMIENTOS

Sin duda, a Francisco (Martín Valentín) y Teresa (Bedman), por inocularme la pasión por Hatshepsut y Sen-en Mut.

A mi mujer, Patricia, por la ayuda física, por el tiempo que le he robado. Gracias por mantenerme con los pies en el suelo. Como cita la novela, sin ella no soy sino la mitad de nada.

A mi editor por creer en mí. Por su nobleza.

A los correctores, por su paciencia. A Teo Palacios por su ayuda.

A mis amigos escritores por hacerme ver que sigue valiendo la pena escribir: Antonio Garrido, Carlos Aurensanz, Miguel Ángel León Asuero, Olalla García, Antonio Bazalo, Manuel Cortés Blanco, Amando Lacueva, José Ángel Muriel, Jorge Magano y tantos amigos que me dejo…

A mis lectores incondicionales, que son pocos, pero un auténtico lujo.

A mis amigos, por creer en mí.

Sin duda, no me voy a enriquecer con esta novela, aunque, como siempre digo, si quien tiene un amigo tiene un tesoro, yo, sin duda, me siento rico, y espero enriquecerme mucho más conociendo a nuevos amigos.