Instrucciones de uso: Si odia el Estado, lea este libro. Si ama el Estado, ¡lea este libro! Estudiantes, personas con cierta educación y académicos, todos pueden sacar provecho de Poder y mercado. En este libro, Murray N. Rothbard usa la economía positiva para analizar varias ideas y propuestas que alteran los resultados del mercado. Allá donde los defensores del gobierno ven numerosas razones por las que el gobierno “necesita” hacer esto o lo otro, Rothbard pone restricciones a las fantasías políticas de la gente. Demuestra cómo el Estado no es una entidad benigna que pueda resolver fácilmente los problemas del mundo. Más bien, el Estado sería un aparato imperfecto e inherentemente coactivo.
Poder y mercado, treinta y cinco años después de su publicación original, sigue siendo uno de los análisis económicos más sistemáticos del intervencionismo gubernamental. El tratado de los principios de Rothbard Man, Economy, and State (Hombre, Economía y Estado) describe la economía de los intercambios del mercado, Poder y mercado describe la economía de la intervención gubernamental[37]. Rothbard deja claro que la economía es una ciencia libre de valores que no ofrece juicios éticos definitivos, pero asimismo apunta que la economía puede usarse para criticar ciertas posiciones: “Si puede demostrarse que un objetivo ético es contradictorio y conceptualmente imposible de cumplir, este es claramente absurdo y debería abandonarse completamente”[38]. En cierto modo, el libro puede considerarse como un ejemplo temprano de economía de la elección pública, porque utiliza la economía para analizar al gobierno y ciertamente quita a la política todo encanto. Pero Rothbard difería de los economistas de la elección pública como James Buchanan y Gordon Tullock (y, en realidad, de todos sus contemporáneos, en que consideraba consecuentemente al Estado como una institución coactiva, una institución que no se creó para que todos mejoraran[39].
Los capítulos centrales de Poder y mercado ofrecen una tipología y exposición de los distintos tipos de intervención estatal. Una intervención binaria se produce cuando el Estado interfiere directamente con una parte privada (p. ej., impuestos o gastos público) y una intervención triangular, cuando este interfiere en la interacción entre dos partes (p. ej., controles de precios o regulaciones sobre productos). ¿Mejora la gente cuando el Estado les quita su dinero contra su deseo? ¿Mejora la gente cuando el Estado gasta su dinero en algo que no habrían comprado? ¿Mejoran las partes cuando se les impide realizar un intercambio que ambas consideran beneficioso? Una pista: ¡La respuesta correcta es no! Lea los capítulos 3, 4 y 5 para ver las explicaciones de Rothbard.
A lo largo del libro, Rothbard describe cómo el gobierno no es una fuerza benigna, como asumen muchos partidarios de este. El gobierno es una institución coercitiva que interfiere en las relaciones voluntarias del mercado. En caso de que haya quien no quiera esperar para descubrir lo lejos que llega la lógica de Rothbard, este empieza en su capítulo 1 ¡nada menos que con una explicación de por qué es innecesario el gobierno! Poder y mercado es notable porque “es el primer análisis de la economía del gobierno que argumenta que ninguna provisión de bienes o servicios requiere la existencia del gobierno”[40]. Antes que Rothbard, incluso los principales teóricos del libre mercado, como Ludwig von Mises, Henry Hazlitt, Ayn Rand y Friedrich Hayek, habían asumido que sencillamente el Estado debe proveer servicios como la aplicación de la ley. Rothbard cree que la aplicación de la ley debe analizarse en términos de unidades marginales e, igual que otros bienes, estas unidades marginales pueden proveerse privadamente. Menciona brevemente algunos ejemplos de aplicación privada de la ley para luego especular acerca de cómo podría funcionar un sistema puramente privado. ¿Ha sido demasiado utópico? Rothbard responde:
[E]sta idea es, con mucho, más aceptable que la verdaderamente utópica de un gobierno estrictamente limitado, idea que no ha funcionado nunca históricamente. Y eso es comprensible, pues el monopolio estatal de la agresión unido a la consecuente ausencia de control del libre mercado le ha permitido superar fácilmente cualquier restricción que personas bienintencionadas han tratado de colocarle[41].
El anarquismo libertario influenció a muchos pensadores posteriores, quienes han escrito desde entonces múltiples artículos y libros basados en la idea de que el gobierno es innecesario[42].
Además de romper moldes en su momento, el libro es extraordinariamente importante para la economía política actual. Por ejemplo, el último capítulo de Poder y mercado es una dura crítica a la ética antimercado, que mantiene e incluso aumenta en popularidad en estos momentos. Tomemos la opinión de muchos economistas del comportamiento modernos que argumentan que la sociedad no debería confiar en el libre mercado, porque la gente no siempre sabe lo que es mejor para ellos[43]. Rothbard está de acuerdo en que la gente a menudo comete errores, pero no lo está en que eso justifique el paternalismo. Si la gente no sabe qué es mejor para ellos, ¿cómo pueden estar capacitados para elegir a los líderes que lo hagan?[44]. O tomemos la opinión popular de muchos economistas de la elección pública a favor de la aplicación de la ley por el gobierno, porque la naturaleza humana es imperfecta. Rothbard está de acuerdo en que los hombres no son ángeles, pero eso no justifica que les gobiernen[45]. Si los humanos son tan malos, ¿cómo podemos esperar que un gobierno coercitivo compuesto por humanos mejore la situación?[46]. Rothbard contesta estos argumentos y muchos más[47].
En Poder y mercado no se descuida ningún aspecto de la intervención gubernamental. Los argumentos de Rothbard deberían hacer que quien quiera resolver problemas utilizando medios políticos lo piense dos veces. Para Rothbard, el Estado no es perfecto, deseable o necesario: ¡es más bien lo contrario! El Estado, en todas sus formas, es dañino para la sociedad civil y si realmente queremos mejorar el mundo debemos mirar más allá del gobierno. Las soluciones reales no están en el poder, sino en el mercado.
EDWARD STRINGHAM
San Jose State University
Mayo del 2006